Hugo gestionó un lote especial de café de una huerta de 4.5 hectáreas en Cofradía de Suchitlán, donde predominan las variedades típicas y bourbones. La cosecha, realizada entre febrero y abril, produjo diariamente entre 250 y 550 kg de cereza. Este lote se distinguió por su calidad y fue procesado separadamente. La fermentación láctica duró cuatro días, seguida de un meticuloso proceso de secado en camas africanas bajo sol directo y luego en malla sombra, asegurando un secado uniforme durante aproximadamente un mes. Finalmente, el café se almacenó en condiciones controladas para preservar su calidad.

Hugo Salazar es un personaje cuya vida ha estado intrínsecamente ligada al servicio y la hospitalidad desde sus primeros años. Creció en el seno de una familia propietaria de un restaurante de mariscos en Manzanillo, donde desde niño se familiarizó con el negocio familiar, desempeñándose en diversas áreas como mesero, cajero y cocinero. Con una formación académica en mercadotecnia y gastronomía, Hugo siempre tuvo una inclinación por el servicio y la atención al cliente, lo que eventualmente lo llevaría a descubrir su pasión por el café.

La historia de Hugo en el mundo del café comenzó propiamente en 2016, cuando junto a su hermano, quien ya tenía un interés previo en el café, decidieron abrir una cafetería llamada Puerto Café. Este proyecto nació de la visión empresarial de ambos, viendo el potencial de negocio en la venta de café por taza. La oportunidad se presentó con el traspaso de una cafetería en Guadalajara, conocida como Bombo Espresso. Fue aquí donde Hugo dio sus primeros pasos como barista, aprendiendo el arte de preparar y servir café de la mano de Israel Jiménez, un campeón de Arte Latte, quien le enseñó a calibrar la máquina de espresso y a cremar la leche.

Con el tiempo, la curiosidad de Hugo por el café creció, especialmente en el área de la tostaduría. Buscaba tener un mayor control sobre la materia prima y, por ello, se capacitó en la Ciudad de México con Pablo Contreras y comenzó a investigar sobre tostadores de café. Esta búsqueda lo llevó a adquirir un tostador Azteka de 7.5 kilos, con el cual empezó a experimentar y a tostar su propio café, logrando perfiles limpios y dulces que lo llenaron de satisfacción y le ganaron el aprecio de sus clientes.

La trayectoria de Hugo tomó un giro aún más profundo cuando decidió involucrarse en el procesamiento y cultivo del café. Se aventuró a Canoas para conectar con productores locales y aprender sobre sus métodos de procesamiento. Con el tiempo, estableció Arabiga Colimoto y comenzó a procesar café natural en 2020, enfocándose en reactivar la cultura del café en zonas donde las plantaciones habían sido abandonadas, como en el municipio de Comala, cerca de la ciudad de Colima.

Hugo no solo se dedicó a la renovación de las plantaciones de café, sino que también apoyó financieramente a los agricultores locales, comprando su fruta a un precio justo y procesándola de manera separada para cada productor. Desarrolló un modelo de negocio sostenible, donde las inversiones en las plantaciones de café comenzarían a generar retornos a partir del tercer año, asegurando así un futuro prometedor tanto para los productores como para su empresa.

Actualmente, Hugo sigue trabajando en la renovación de plantaciones en áreas de mayor altitud, como Cofradía de Súchitlán y sus alrededores, manteniendo una relación comercial sólida con los productores y buscando construir una identidad única para su café. Su historia es un testimonio de pasión, aprendizaje continuo y compromiso con la industria del café, y su dedicación a apoyar a los agricultores locales y crear un modelo de negocio sostenible destaca su dedicación al futuro del cultivo del café en México.

• Estado: Colima
• Region: Cofradia de Suchitlan, Colima.
• Productor: Hugo Salazar
• Altura: 1,500 msnm
• Varietal(es):  Typica y Bourbon
• Proceso: Lavado
• Tostado: Tostadora de Cafés Extraordinarios